LUCERNA



LUCERNA  La población en 1999 se estimó en 2.946 animales. Es una raza sintética de doble utilidad formada en el país en el año 1937, posee genes de la raza criolla Hartón (30 %) y de las razas europeas Holstein (40 %) y Shorthorn lechero (30 %). Se desarrolló en el Valle del río Cauca, en condiciones similares a las descritas para el Hartón. El color del pelaje varía del rojo claro (bayo) al rojo encendido (cereza). Sobresalen por su alta fertilidad y buena producción de leche: 2925 Kg. en lactancias de 300 días. Los machos adultos alcanzan pesos de 750 a 800 Kg. y las hembras de 485 Kg. La primera cría la obtienen alrededor de los 30 meses de edad y el intervalo entre partos es inferior a 400 días.



Las estrategias de cruzamiento, selección y mejoramiento en sistemas de producción de ganado bovino en los trópicos, deben formularse teniendo en cuenta el agroecosistema y los aspectos económicos, ambientales y socio-culturales, haciendo énfasis en las características de producción, reproducción y adaptabilidad con el fin de lograr eficiencia en la producción sostenible del sistema. Los argumentos anteriores, sintetizan el programa que en Colombia inició el Ingeniero Agrónomo Carlos Durán Castro a principios de 1937, para el desarrollo de una raza de ganado Colombiana  que  denominó “Lucerna”.
La raza Lucerna  es un esfuerzo genético de combinar razas del norte de Europa con el criollo para formar un grupo racial, adaptado a las condiciones tropicales, de gran rusticidad, de mayor aptitud para la producción de leche y mejor conformación para carne que otros ganados locales.
En este artículo se tratarán aspectos relacionados con el origen, el proceso de formación y la descripción del hábitat de la región de origen así como de sus principales características raciales tanto externas como productivas y aquellos antecedentes que puedan contribuir al conocimiento de la raza, la cual se constituye en alternativa productiva para el mejoramiento socio-económico  en distintas regiones del país y de Latinoamérica.

1.1 Formación de la Raza. La primera fase del origen y desarrollo  empezó en 1937 con la adquisición y uso de diversos criollos Hartón del Valle en distintos grados de cruzamientos con las razas Holstein y Shorthorn; estos animales se clasificaron en dos grupos: Uno por las vacas más criollas al que se le introdujo una población de genes de  la raza Holstein y otro, con ejemplares de mayor elevado mestizaje Holstein al cual se le cruzó con toros Hartón del Valle, buscando descendencias próximas a la media sangre de las razas iniciadoras de este trabajo genético.


En 1951 se importaron dos toretes puros Shorthorn Lechero, de color rojo cerezo, que comenzaron a utilizarse a fines de 1952 con vacas mestizas seleccionadas Holstein-Hartón del Valle. De la descendencia obtenida se eligieron los sementales por vía materna, selección referenciada por la producción lechera y características fenotípicas externas, para utilizarlos con los grupos genéticos, buscando principalmente progenies uniformes en producción de leche, carne y pelaje de color rojo canela.
En 1956, por recomendaciones del genetista L.N. Hazel, se “cerró” el hato, no se hicieron nuevas introducciones de animales y desde entonces se utilizan exclusivamente los individuos obtenidos del triple cruzamiento, los cuales, de acuerdo a un estudio realizado por STONAKER et al (1972) y citado por ROUSE (1977), indicó un 40% de sangre Holstein, 30% de Hartón del Valle y 30% de herencia del Shorthorn Lechero los aportes genéticos en la formación de la raza Lucerna.
La segunda fase se inició en 1956 cuando se acentuaron los trabajos de selección para fijar las características genotípicas y fenotípicas de la raza, buscando en los animales productividad lechera, precocidad, tamaño, uniformidad en el color del pelaje, rusticidad, habilidad reproductiva, etc., enfatizada en los reproductores que servirían como sementales y que llevarían a la raza al prototipo previsto.
A finales de 1962, por sugerencia del genetista mexicano Jorge De Alba, se implementó el uso de reproductores jóvenes por un tiempo máximo de dos años, buscando evitar consanguinidad, disminuir el intervalo generacional y  aumentar, en el proceso de consolidación de la raza, el progreso genético anual.


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